Ir al contenido principal

Antes de abrir la puerta...



   Antes de abrir la puerta, pensó en todo lo que había vivido la última semana en el pueblo. Su trabajo de investigación había sido un éxito y, en parte, se debía a un rasgo que solía detestar por encima de cualquier otro. La charlatanería. Se había pasado siete días recorriendo las calles de aquel lugar, hablando con sus habitantes y recopilando cientos de anécdotas en una libreta para su próximo libro. Todas eran brillantes. Quizás, se dijo, porque ninguna era irreal, cada una surgió del llanto y la sonrisa de quienes la contaban. Eran cuadros en los que los contrastes eran cuestiones muy delicadas. En algunos casos, demasiado frágiles, aunque no le preocupaba. Tenía estilo para lo difícil. Le gustaban los problemas.

Cuando Marcos se dispuso a dar el primer paso, seguro y melancólico a la vez, le vinieron a la cabeza momentos tan memorables como aquel día en el que entró por primera vez en el bar de Ronaldo. Un hombre recién llegado a la tercera edad, y con un negocio repleto de recuerdos que, para su sorpresa, no tuvo reparos en expresar. Estuvieron los dos solos entonces. Cara a cara. Y se encontró frente a la realidad, lejos de la fantasía que solía escribir. Tenía uno de los retos más emocionantes por delante. Le había llegado la hora de retratar la vida en su estado más puro, sin efectos ni puntos de más. Había llegado el momento que todo ser busca evitar. Ahora, solo le tocaba escribir…







Comentarios

  1. ¡Hola! soy @medusa_lectora en twitter (también en instagram) y te he seguido por la iniciativa de "seamos seguidores" de la Ratita de Biblioteca ^^ te dejo mi blog para que puedas seguirme http://diariodeunachickalit.blogspot.com/ besos! (devuelvo todos los follows)

    ResponderEliminar
  2. Creo que las "historias prestadas" son una materia prima de calidad para el escritor que sabe sacar provecho de ellas. Espero que tu protagonista sea un escritor de los buenos y, ayudado de su talento, sepa capaz de contagiar las emociones que esas historias contienen.

    Tu micro me ha hecho reflexionar sobre la responsabilidad que tiene el que pretende contar, como escritor, lo que le han confiado. Y hacerlo bien y fielmente además. Me ha gustado :)

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola!
    Vengo de la iniciativa de twitter de seamos seguidores. Te dejo por aquí el enlace a mi blog: https://yoleonovela.blogspot.com/
    Besos,

    ResponderEliminar
  4. Hola, es la primera vez que te leo. No sé como llamarte, me parece algo impersonal hacerlo por Book to land.
    Así que el sujeto de tu historia pretende escribir sobre historias reales, hace bien en documentarse de primera mano, seguro que es un buen observador.
    Un cordial saludo compañero y bienvenido a Tintero.

    ResponderEliminar
  5. ¡Ah disculpa Ulises! Soy una tremenda despistada, ya vi que nuestro querido David puso tu nombre junto al título del micro.

    ResponderEliminar
  6. Muy buen micro, amigo Ulises. Admiro la decisión de tu protagonista por su valentía al ir a "beber" historias y anécdotas a un sitio tan entrañable como suelen ser siempre los pueblos, y así poder después retratar la vida sin los adornos de la ficción, aunque cueste tanto a veces ponerse a ello. Me ha gustado mucho tu texto, compañero.
    Bienvenido a EL TINTERO DE ORO.
    Un cordial saludo, compañero.

    ResponderEliminar
  7. Dicen que la realidad supera a la ficción, y nuestro protagonista se ve en el desafío de plasmarla para sus lectores sin que parezca falsa o inventada.
    Buen micro, Ulises. Me ha encantado leerte.

    ResponderEliminar
  8. Enfrentarse a la cruda realidad ante otra realidad igual de cruda, es decir, la hoja en blanco donde plasmar ese cuadro sin trampa ni cartón, es por supuesto, el mejor reto para cualquier escritor.
    Espero que tú también, Ulises sepas superarlo y nos regales nuevas realidades.
    Un placer descubrir tus letras.

    ResponderEliminar
  9. En los pueblos y en sus gentes es donde se encuentran muchas veces las mejores historias para llenar con ellas un papel, como le ocurre al protagonista de tu micro. Bienvenido a este reto propuesto por nuestro amigo David. Un saludo, Ulises.

    ResponderEliminar
  10. Un escritor que recoge acontecimientos, sentimientos e impresiones en sus viajes, vivencias reales que va transformando en obras fantásticas. Muy lindo micro, me gusto.
    Saludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Disculpa de Sara Calloway

 Sara Calloway murió el cinco de enero del año dos mil ochenta y siete, entre remordimientos y penas. Tenía ochenta y cuatro años cuando abrió por última vez los ojos de aquel cuerpo repleto de arrugas, ojeras y marcas de una vida cargada de dificultades. El día de su fallecimiento, sus cuatro hijos lloraron desconsolados su muerte frente a la cama del hospital, pensando más en los momentos que no tuvieron junto a su madre que en los pocos recuerdos felices que disfrutaron a su lado. «Que dura ha sido la vida», repetía Margarita, la cuarta de ellos, apesadumbrada. Estaba empapada en sudor y las lágrimas no se distinguían de los goterones que emanaban de su frente. Aquellas palabras cargaban mucho dolor, pero también desesperación y rabia. En un último intento, trataba de hacérselas llegar a su madre, rindiéndose ante el reloj, el cual mantuvo su orgullo tan alto que le impidió sincerarse alguna vez sobre la crudeza de su vida. Cuando minutos más tarde se llevaron a su madre y sus herma

La belleza que permanece...

 Moses estaba sentado en la sala de espera del hospital. Los sillones de cuero rojo y las dos neveras que ocupaban el lugar estaban iluminados, exclusivamente, por las luces frías del techo. A través de las ventanas reinaba la oscuridad. El cielo se veía tan negro como Moses pensaba en ese momento su futuro. Nunca se había planteado un mañana sin su abuela. A decir verdad, ni siquiera se había imaginado viviendo durante demasiado tiempo alejado de ella. Una lágrima le corrió por la mejilla.  «Deja de pensar», se reprendió mientras sentía cómo su corazón se desmigajaba.  Entonces, una enfermera con cara de haber trabajado más horas de las que debería, se acercó a él. Se sentó a su lado y se quitó la cofia.  — ¿Sabes una cosa? -añadió con la determinación de quien había vivido la misma catástrofe mil veces y, pese a todo, aún le quedaba la ternura del alma  — Cada semana veo a gente morir. Algunas, soy testigo del final de la vida cada día. Pero, desde hace unos años, no pienso en toda l

La Raza de Oro

 De la tierra brotó un hombre. Aparecían cada cierto tiempo alrededor de la aldea, repleta de cabañas de bambú. Nadie había visto las semillas de la creación. Tampoco les importaba. Le llamaron Zeus. Entre el gentío que se reunió, curioso al verlo llegar de entre la vegetación, alguien mencionó el nombre. Nadie lo había escuchado antes. Tampoco les importaba de dónde había surgido. Festejaron durante el día y la noche. Bailaron al son de las palmas en el centro de la aldea,  reservado para los eventos sociales, y bebieron la bebida sagrada que les dejaban los dioses en el único pozo que había. El cuerpo no les pedía descanso. Sólo cuando cantaron todas las canciones y completaron todos los pasos de baile, se fueron a dormir. No por necesidad ni aburrimiento. Era como un acto reflejo. Nadie se había detenido a pensar mucho en ello. Tampoco les importaba. Eran felices. Aunque ni siquiera se molestaban en reparar en las razones de su felicidad. Era algo intrínseco a su naturaleza.  Cuando

El Amor Tras la Frontera

 La frontera era un lugar especial. Allí, sucedían cosas que no se veían en otras partes. Se observaba el comercio más feroz y las negociaciones más intensas. Los vendedores de Sudán cruzaban el puente que los separaba de Chad, y luchaban las ventas hasta la puesta del sol sin descanso. Por el contrario, los habitantes de Chad se aprovechaban de los precios más bajos que le ofrecían los sudaneses, dándose con un canto en los dientes con cada compra. Aquel mundo siempre había entusiasmado a Ousman, un joven chadiense, de familia adinerada. Su padre trabajaba en Francia como médico, y él había vivido allí casi toda su vida. Estudió Sociología en la Université Lumière , en Lyon, siete años atrás. Aunque, su sueño siempre había sido regresar al país que lo vio nacer. Pensaba en las calles de Lyon, y en su alocada vida como universitario, cuando una mujer le tocó el hombro. -Oiga, ¿por casualidad venderá verduras? -dijo, con un tono que denotaba que se había pasado de pie demasiado tiempo.