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Mostrando entradas de octubre, 2019

Sólo en sueños...

—¿Quién eres? —¿Yo? —Sí, tú, esa cosa que está ahí sentada en el sillón. —No soy nadie importante. De hecho, nunca esperé que te fueras a dar cuenta de que estaba aquí —¿Es que has estado más veces en mis sueños? —Si yo te contara... No hay noche en la que no haya asistido a tus peores pesadillas ni a tus mejores fantasías. —¿Quién eres? ¡Quiero saberlo! —Soy una parte de ti. Tú sentido común, más concretamente. —Venga ya... Eso es imposible. ¿Y por qué apareces solo en mis sueños? ¿Por qué no estás presente durante el resto del día? —Porque no quieres. —¿Cómo que no quiero? ¿Es que acaso importa lo que yo quiera? —Pues claro que importa, estúpido. —Entonces, según tú, ¿sólo quiero que estés durante la noche? —Dicho así suena un poco raro... Pero sí, así es. Te empeñas tanto en hacer lo que te da la gana que olvidas todo aquello que eres. —¿Y quién soy? —Buena pregunta. Quizás, esa sea una de las tantas cuestiones que el ser humano nunca se atreva a ave

El Regreso del Emigrante

Andaba contemplando los altos pinos del pueblo donde crecí recordando cuando, al ser todavía un crío, creía mías aquellas montañas. Sentía, entonces, que no había otro entorno capaz de acogerme, otro paraje en el que poder experimentar la acogedora satisfacción de sentirme como en casa y creer que sería eterno. Como un niño que era, nunca imaginé que llegaría el momento en el que tocaría  marcharme: cerrar los ojos, volver a abrirlos y, tal y como si hubieran sufrido una vida, observar de otra manera la realidad. No de una manera más real ni verdadera, sino de una en la que comprendes que no todo es tal y como te lo habían contado hasta el momento y, por suerte o por desgracia, te replanteas tus actos, quizás, más de lo que deberías. Como no podía ser de otra forma, aquella mañana llegó camuflada en la rutina antes de lo que la esperaba. Tocó a la puerta y se presentó bruscamente, entrando sin pedir permiso, y negándome el derecho a preguntar por su persona. Una parte de mi había ca

Bellas Durmientes - Stephen King y Owen King

Si tuviera que calificar este libro con una sola palabra diría que es asombrosamente reflexivo . A diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en King, generalmente historias más veloces a la hora de leer, en Bellas Durmientes podemos observar una narración detenida y muy perspicaz. El libro trata cómo las mujeres del mundo entero se ven atrapadas por el sueño y no se vuelven a despertar, quedando envueltas por unos capullos similares a los de las mariposas. Sin embargo la historia va mucho más allá. Y es que, tras lo que sucede, podemos ver el caos entre los hombres, la desesperación por recuperar lo que durante toda la vida les había mantenido a flote. Cuando las féminas de Dooling, un pequeño pueblo de Estados Unidos, se quedan dormidas se transportan a otro mundo. En la descripción de este otro lugar, y lo que allí trsncurre, para mí fue una de las partes más interesantes e intrigantes. Constantemente te lleva a preguntarte qué va a suceder, adquiriendo un trasfondo q

Comenzar a ser Feliz

Miré a mi alrededor y pensé que debía haber vuelto a nacer. Todo lo que había aprendido se había quedado reducido a la inexistencia: mis gestos, mi risa, mi mirada... Llegué a creer que estaba muerto, y la indiferencia de quienes me rodeaban eran imaginación de los últimos resquicios de mi mente. Incluso su sonrisa, vista entre el caos, supuse que seria la forma en que la vida se despedía de mi. La forma en que el mundo te hace sentirte con ganas de volver a resurgir.  Aquella cara y aquellos ojos eran el ejemplo de lo que nunca tendría, bien si su recuerdo me daba esperanza por que siempre me acompañase a donde me tocara ir. No todo estaba muerto, pese a que, por dentro, no me quedaban ganas de volver a vivir. La vida se había desvanecido y, con ella, a una nueva persona le tocaría sufrir, y, a mi, por suerte, comenzar a ser feliz.