Ir al contenido principal

JFK: El Disparo Fallido

La noticia había corrido como la pólvora. La Tercera Guerra Mundial había comenzado unas horas atrás. Kennedy encendió la televisión, sentándose a la mesa del despacho oval y se fumó un cigarrillo. En blanco y negro, un reportero comentaba desde California el impacto de bomba del que habían sido víctimas en la ciudad. Tras él, los edificios derrumbados hacían creer que el joven periodista se encontraba dentro de una película. Estaba histérico.

Su mujer no tardó en aparecer a través de la puerta.

ㅡ¿Qué te parece? ㅡle dijo. Sus ojos mostraban una mezcla de pena y consternación.

Todo el país sabía que el único culpable de lo que estaba sucediendo era él. Hasta su mujer, aunque no se atreviera a decirlo, pensaba lo mismo. Era un asesino.

ㅡMiedo  ㅡmurmuró  

Una pelota se hacía cada vez más grande en su garganta.

ㅡSiento que soy un loco que ha recuperado la cordura por unos instantes. Mi ira, aquel disparo fallido de Texas..., no pude aguantarlo. Sabía que Castro tenía algo que ver, la invasión de Cuba tenía que ser inminente. Era evidente en mi cabeza... Todo tenía sentido... Pero esto... 

"Miles de norteamericanos han muerto hoy, aquí, en California. Las calles están repletas de cadáveres.  Se esperan más bombardeos por todo el país. Recomendamos a la población que se refugie. La vida, tal y como la conocíamos, ya no volverá a ser la misma. La raza humana se muere. Esto no es un simulacro"



El punto Jonbar que he seleccionado es el asesinato de John Fitzgerald Kennedy. El micro parte de la pregunta ¿Y si JFK no hubiera muerto? El trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos tenía entre sus planes invadir Cuba, con el fin de alejarla del comunismo soviético. Probablemente, de haberlo hecho, la Unión Soviética hubiera decidido atacar Estados Unidos y entrar en otra guerra mundial. La crisis de los misiles es una evidencia de la tensión que existía entre ambos bandos con respecto a la isla del caribe.



Comentarios

  1. Hola, Ulises, acertado Punto Jonbar el que has seleccionado, de gran fuerza por haber sido desde hace décadas otra de las teorías conspirativas en boca de casi todo el mundo. Un personaje de contrastes, al parecer se le atribuye el fracaso de la invasión en Bahía de Cochinos al no permitir la participación del Ejército Norteamericano en apoyo del desembarco de los exiliados cubanos. Si hubiera sido fallido el atentado de Dallas, la víctima hubiera seguido siendo el protagonista de la política que hasta entonces había llevado a cabo USA y Marilyn Monroe quizás hubiera sido su fantasma personal por el resto de su vida. Me ha gustado tu Ucronía.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante tu aportación.
    Supongo que el pobre Kennedy se hubiera arrepentido de haber salvado la vida en Dallas.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola, Ulises! ¡Ya pensaba que no iba a entrar en el reto uno de los clásicos Y si del s. XX! Sin duda que esa época paseamos como nunca por el alambre del desastre total que hubiera representado una guerra nuclear. De hecho, si ahora la amenaza mundial la copan las pandemias o el cambio climático, hasta bien entrados los ochenta fue eso lo que encabezaba el ranking del final de los tiempos.
    Una ucronía perfecta que transcurre en esa realidad alternativa y tan poco halagüeña que bien hubiera sido posible si aquella bala no hubiera acertado su objetivo. Casi mejor lo dejamos todo como pasó, ja, ja, ja.... Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. ¡Terrible, Ulises! Una ucronía en toda forma, excelente, pero durísima. Si hubiera sobrevivido Kennedy ¿qué habría pasado? Sin dudas un fatal error de juicio podría haberse desatado a partir de ese intento fallido de homicidio.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. ¡Uf! Lo más terrible es que existió la posibilidad de que pasara tal como lo cuentas, al menos en los aspectos generales.
    ¡Bravo, paisano!

    ResponderEliminar
  6. Muy buena ucronía, especialmente por el punto Jonbar seleccionado para tu original propuesta.

    Quisiera mencionar algo que me parece bastante importante, pero que quizás muchos desconozcan: existe una coincidencia en la historia de los EE.UU. como los asesinatos de los presidentes Lincoln, Jackson y Kennedy, los únicos mandatarios que se opusieron a la emisión de lo que se conoce como dinero «fiat» (fiduciario), impidiendo el control absoluto de la economía nacional que controlaba la familia Rothschild. Se trataba de detener el monopolio financiero de la mencionada familia. Es un hecho comprobado que el presidente Johnson desarticuló dicha medida el mismo día de la muerte de Kennedy. Si se hubiera llevado a cabo la emisión de dinero con respaldo de oro real y plata se hubiera destruido definitivamente la Reserva Federal de EE.UU. que aglutina un una élite con lazos políticos, religiosos y familiares que controla más del 75% de la riqueza mundial.
    Por consiguiente si JFK hubiera salido ileso de este atentado, lo más probable es que la Reserva Federal hubiera desaparecido y con ella todo este corrupto sistema económico que hace endeudar a los estados, pues no es convertible en nada y solo debe su existencia a la confianza que genera como medio de cambio, ya que cuando la relación entre prestamista y deudor se ve alterada por la quiebra que implica la pérdida de empleo, se precipita el colapso, como sucede en la actualidad.
    Un abrazo, Ulises.

    ResponderEliminar
  7. ¡Hola! me parece que escogiste un muy buen punto jonbar. El relato nos asoma a un mundo apocalíptico. Me ha parecido muy bueno. Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Hola, Ulises. Hablamos de ucronías que podrían haber pasado o no, pero está parece que estuvo a punto de suceder. La tensión de la guerra fría era todo menos fría por los misiles de cuba. Te felicito, buena ucronía.

    ResponderEliminar
  9. Genial, Ulises. Una ucronía perfecta, muy bien elegido el punto jonbar y muy bien desarrollada. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
  10. Hola Ulises. Cabe dentro de lo posible esa tercera guerra mundial de la que hablas. La tensión atómica era más que evidente y una invasión a Cuba hubiera tenido consecuencias inesperadas.
    Un relato de lo más interesante. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  11. Hola Ulises, me ha encantado el punto Jonbar elegido, y tu análisis sobre el impacto psicológico en las decisiones del presidente kennedy, debido al trauma de haberse sabido victima del intento de Magnicidio, es una posibilidad plausible lo descrito en tu micro. Un placer leerte. Saludos!!!

    ResponderEliminar
  12. Hola Ulises. Una visión apocalíptica que precipita tal vez el final de la humanidad, o al menos de nuestra civilización actual, es la que desencadena en tu ucronía el hecho de que el presidente Kennedy hubiera sobrevivido al atentado. En lugar de eso, hoy en día se lo recuerda como un mártir. La historia hubiera cambiado, desde luego, quien sabe si hacia ese giro que tú le das. Muy bueno el punto Jonbar escogido. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hola, Ulises. Has pujado fuerte con tu ucronía y el resultado no fue nada halagüeño. Menuda disyuntiva como para posicionarse sin pensarlo detenidamente. Saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Disculpa de Sara Calloway

 Sara Calloway murió el cinco de enero del año dos mil ochenta y siete, entre remordimientos y penas. Tenía ochenta y cuatro años cuando abrió por última vez los ojos de aquel cuerpo repleto de arrugas, ojeras y marcas de una vida cargada de dificultades. El día de su fallecimiento, sus cuatro hijos lloraron desconsolados su muerte frente a la cama del hospital, pensando más en los momentos que no tuvieron junto a su madre que en los pocos recuerdos felices que disfrutaron a su lado. «Que dura ha sido la vida», repetía Margarita, la cuarta de ellos, apesadumbrada. Estaba empapada en sudor y las lágrimas no se distinguían de los goterones que emanaban de su frente. Aquellas palabras cargaban mucho dolor, pero también desesperación y rabia. En un último intento, trataba de hacérselas llegar a su madre, rindiéndose ante el reloj, el cual mantuvo su orgullo tan alto que le impidió sincerarse alguna vez sobre la crudeza de su vida. Cuando minutos más tarde se llevaron a su madre y sus herma

La Comunidad de la Música

 Ahí estaba otra vez. Rosa había vuelto y, de entre el murmullo de decenas de instrumentos que se oían a través del patio interior, el violín había adquirido todo el protagonismo. Hugo la oía desde el piso de abajo. La facilidad que tenía para transmitir al acariciar las cuerdas con la vara lo mantenía atónito. Su control era absoluto. No había imperfecciones. Desde el techo, resonaba una melodía llena de pasión, con partes más calmas que hacían temer el final de la música, y otras repletas de vida, las cuales hacían que el pulso se acelerara y una alegría desmesurada se hiciera con el alma. Todo vibraba. Especialmente, el corazón de Hugo. Y, tal era su excitación interior que comenzó a tocar. Dio un salto desde el sillón y se sentó frente al piano. Sus dedos bailaron solos. Al principio, piano y violín estaban completamente desconectados el uno del otro. Pero la atención de Rosa no tardó en ser atraída por el sonido de las cuerdas del piano que, por unos segundos, sonó en solitario. S

La belleza que permanece...

 Moses estaba sentado en la sala de espera del hospital. Los sillones de cuero rojo y las dos neveras que ocupaban el lugar estaban iluminados, exclusivamente, por las luces frías del techo. A través de las ventanas reinaba la oscuridad. El cielo se veía tan negro como Moses pensaba en ese momento su futuro. Nunca se había planteado un mañana sin su abuela. A decir verdad, ni siquiera se había imaginado viviendo durante demasiado tiempo alejado de ella. Una lágrima le corrió por la mejilla.  «Deja de pensar», se reprendió mientras sentía cómo su corazón se desmigajaba.  Entonces, una enfermera con cara de haber trabajado más horas de las que debería, se acercó a él. Se sentó a su lado y se quitó la cofia.  — ¿Sabes una cosa? -añadió con la determinación de quien había vivido la misma catástrofe mil veces y, pese a todo, aún le quedaba la ternura del alma  — Cada semana veo a gente morir. Algunas, soy testigo del final de la vida cada día. Pero, desde hace unos años, no pienso en toda l

La Raza de Oro

 De la tierra brotó un hombre. Aparecían cada cierto tiempo alrededor de la aldea, repleta de cabañas de bambú. Nadie había visto las semillas de la creación. Tampoco les importaba. Le llamaron Zeus. Entre el gentío que se reunió, curioso al verlo llegar de entre la vegetación, alguien mencionó el nombre. Nadie lo había escuchado antes. Tampoco les importaba de dónde había surgido. Festejaron durante el día y la noche. Bailaron al son de las palmas en el centro de la aldea,  reservado para los eventos sociales, y bebieron la bebida sagrada que les dejaban los dioses en el único pozo que había. El cuerpo no les pedía descanso. Sólo cuando cantaron todas las canciones y completaron todos los pasos de baile, se fueron a dormir. No por necesidad ni aburrimiento. Era como un acto reflejo. Nadie se había detenido a pensar mucho en ello. Tampoco les importaba. Eran felices. Aunque ni siquiera se molestaban en reparar en las razones de su felicidad. Era algo intrínseco a su naturaleza.  Cuando