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Mostrando entradas de octubre, 2022

Cuando llegue la última gota

El agua corría lenta. No tenía prisa. Iba a un ritmo casi melodioso. Como esas hojas que avanzan a golpe de casuales rachas de viento en otoño, sin saber hacía qué lugar, bajo los árboles que franqueaban el río. Su calma era contagiosa. Entonces, miraba su caudal casi hipnotizado. Era un lugar terapéutico, me decía. Aquel banco, el verde del entorno y el silencioso transcurrir de la corriente me aclaraban la mente, llena hasta entonces de ideas enmarañadas. Recuerdo ver a aquel hombre caminando. Su nombre era Alexei Lev. Andaba despacio, con el cuerpo encorvado a causa de la edad y unas piernas definidas que, de no ser por su lentitud, aparentarian ser capaces de completar una maratón. Estaba feliz. O al menos eso era lo que daba a entender a los demás con su sonrisa, cuando, de repente, centró su vista en mí. —¿Me puedo sentar? —preguntó cogiendo aire entre palabra y palabra. —Si, claro —respondí, tratando de sonar amable —. Aún hay hueco en este banco. Durante unos segundos, se quedó

El Amor Tras la Frontera

 La frontera era un lugar especial. Allí, sucedían cosas que no se veían en otras partes. Se observaba el comercio más feroz y las negociaciones más intensas. Los vendedores de Sudán cruzaban el puente que los separaba de Chad, y luchaban las ventas hasta la puesta del sol sin descanso. Por el contrario, los habitantes de Chad se aprovechaban de los precios más bajos que le ofrecían los sudaneses, dándose con un canto en los dientes con cada compra. Aquel mundo siempre había entusiasmado a Ousman, un joven chadiense, de familia adinerada. Su padre trabajaba en Francia como médico, y él había vivido allí casi toda su vida. Estudió Sociología en la Université Lumière , en Lyon, siete años atrás. Aunque, su sueño siempre había sido regresar al país que lo vio nacer. Pensaba en las calles de Lyon, y en su alocada vida como universitario, cuando una mujer le tocó el hombro. -Oiga, ¿por casualidad venderá verduras? -dijo, con un tono que denotaba que se había pasado de pie demasiado tiempo.