La Raza de Oro
De la tierra brotó un hombre. Aparecían cada cierto tiempo alrededor de la aldea, repleta de cabañas de bambú. Nadie había visto las semillas de la creación. Tampoco les importaba. Le llamaron Zeus. Entre el gentío que se reunió, curioso al verlo llegar de entre la vegetación, alguien mencionó el nombre. Nadie lo había escuchado antes. Tampoco les importaba de dónde había surgido. Festejaron durante el día y la noche. Bailaron al son de las palmas en el centro de la aldea, reservado para los eventos sociales, y bebieron la bebida sagrada que les dejaban los dioses en el único pozo que había. El cuerpo no les pedía descanso. Sólo cuando cantaron todas las canciones y completaron todos los pasos de baile, se fueron a dormir. No por necesidad ni aburrimiento. Era como un acto reflejo. Nadie se había detenido a pensar mucho en ello. Tampoco les importaba. Eran felices. Aunque ni siquiera se molestaban en reparar en las razones de su felicidad. Era algo intrínseco a su naturaleza.
Cuando Zeus vio la primera muerte, se hizo muchas preguntas. Pero a nadie parecía causarle gran impresión. “Simplemente, se van”, le dijo una anciana cuando le preguntó por las razones de los fallecimientos.
El día de su marcha llegaría unos años más tarde...
—No me quiero ir —confesó Zeus a su mujer, enfermo en su cama de paja
Ella le dijo que no se preocupara.
Zeus renació como un fruto, y de él surgió la ira. La ira del incomprendido y, al mismo tiempo, la de la humanidad entera.
Explicación:
Hesíodo fue un poeta de la antigua Grecia, que dejó su huella en la mitología escribiendo sobre la Raza de Oro. Esta raza de humanos habría vivido en la conocida como Edad de Oro, que fue un periodo de tiempo en el que los hombres y mujeres eran plenamente felices. La Tierra les proporcionaba todo lo lo que necesitaban y no conocían las guerras. Era un mundo perfecto. Sin embargo, no se escribió sobre cómo desaparecieron y, posteriormente, surgió la Raza de Plata. En este caso, seres "estúpidos" y cargadados de males sustituyeros a los primeros. Pero, ¿cómo aparecieron? Quizás, un día un hombre de la raza de oro se dio cuenta de lo mucho que perdía con la muerte, y un nuevo rasgo conquistó la sociedad...
Hola Ulises: Gracias por tu relato la verdad es que esta parte de la mitología e historia griega no la conocía. Muy interesante y bien escrito el micro. Un abrazo.
ResponderEliminar"La ira del incomprendido y de la humanidad entera", me ha encantado ese final, Ulises, y esa idea de que los hombres brotaran de la tierra sin más explicación. Un micro profundo y misterioso con un tono muy acertado. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuy buen micro. La inocencia, la ira y la sombra de la muerte. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarExcelente relato, Ulises. Me ha encantado esa manera de describir aquella edad de oro y el paso a la edad de plata. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
La muerte es implacable con cualquier "raza" y es temida por todas e inaceptable para ninguna! Un abrazo!
ResponderEliminarMejor no sigas avanzando en el relato, porque nosotros debemos haber renacido como la Raza de la Hojalata.
ResponderEliminarMe ha encantado tu micro.
Un abrazo.
Me suena como otra versión del jardín del Eden. La muerte es necesaria si se envejece. Si en la edad de oro no se envejecia... aún. No se escribió sobre ella porque el que mo conoce su historia es afortunado de repetirla.
ResponderEliminarAbrazoo
Hola Ulises, otro gran aporte con un micro que habla de un mito que desconocía. Gracias por la explicación al final pues después de ello se hace necesaria una segunda lectura, ya con todo el antecedente. Debo decirte que me gustó la primera lectura, pero aún más la segunda. Invita a una reflexión profunda sobre la muerte y lo que aporta a la humanidad. Para mí, la muerte es parte de la vida y ésta no se entiende sin la otra. En fin. Un gran micro, Saludos.
ResponderEliminarZeus renació de la ira del mundo, un mundo con demasiada ira. Creo que Zeus vivirá eternamente. Un final deslumbrante. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarEstupendo mito el que nos traes, Ulises, en tu historia. Un micro entretejido en el misterio que surge entre la celebración de la vida y la muerte que siempre late en nuestras existencias. Después de la aclaración final la relectura gana en intensidad y fuerza. Muy buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es curioso como me ha recordado tu leyenda a la del paraíso terrenal de Adan y Eva condenados a vagar por un mundo poblado por cada vez más gente estúpida y mediocre.
ResponderEliminarCuriosa por otro lado. La desconocia, como tantas cosas.
Un abrazo.
El descubrir la muerte como primera conciencia. La ira provocada por esa primera conciencia, aleja a la humanidad del Edén (edad de Oro) y la lleva al inevitable descenso de la edad de Plata. Muy interesante relato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Ulises, interesante historia. La raza de oro, plena felicidad. Ya sé a quien echarle la culpa, a Zeus. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ulises, muy buen e interesante micro, felicitaciones, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
No me extraña que surja la ira del conocimiento de la muerte. Es que es una putada cruel e injusta. ¿Por qué no se nos creó inmortales al igual que el creador? ¿No nos creó a su imagen y semejanza? Lo dicho, una putada.
ResponderEliminarUn relato genial.
Un abrazo.
Estupendo relato, Ulises. No conocía nada sobre la Raza de Oro y me encanta esa forma tan poética de contar su historia y su caída. La frase final es genial. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Ulises. Hay que reconocer que a veces se vive mejor en la ignorancia, ajenos a los males que nos acosan. ¡Cuanta ira atesora la humanidad y cuan fácil es que se blanda como un arma contra el prójimo! Me ha gustado como has recreado el surgimiento de ese pecado capital. Un abrazo.
ResponderEliminarHola paisano. Aprendiendo nuevos mitos con cierta reminiscencia bíblica, la pérdida del paraíso feliz el pecado, su expulsión... la fruta del conocimiento y también de la ira. Tocas un tema de difícil solución, la naturaleza humana y hasta la divina.
ResponderEliminarCasi escribo sobre nuestra Rama de Agaete, peroal ser más una tradición que un mito, lodescarté.
Un abrazo, Ulises,
¡Hola! Esa generación de oro que pierde la eterna felicidad por esa ira incontrolada al destino de la muerte sin solución. ¿Tal vez sea ese el principio de todos los enfrentamientos?No conocía esta leyenda. Un placer leerte.
ResponderEliminarSaludos
Muy original este nacimiento de la tierra como un árbol. ¿Pra qué vas a plantearte las razones de la felicidad si eres feliz? Si llega la interrogación aparece la duda que lleva a lo desconocido. Original e interesante micro para reflexionar. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buena tu historia. Cómo casi todos los mitos, juega en los recovecos delalma humana, en sus contradictorias vivencias. A mí también me remitoó al Edén y la Caída.
ResponderEliminarUn buen relato, Ulises. Me gusta como narras esta historia. Destaco la idea del nacimiento: "surgir de la tierra". Y la explicación sencilla de la muerte: "simplemente se van". Así es.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Hola Ulises! No conocía este dato sobre la mitología griega. Un micro muy bien escrito en el que se palpa el temor a la muerte por parte de Zeus. Muy interesante la leyenda de esta raza de oro. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Ulises. Pues no conocía esta historia ni intrahistoria. Muy interesante, la humnización de un dios tan grande es algo que añade muchos pluses de valor a la historia, y más sabiendo lo que se vendrá.
ResponderEliminarGenial relato, Ulises.
Un abrazo!
Hola, Ulises. Me gustó mucho tu micro, el tono misterioso y que te transporta a otras épocas. Cuando comencé a leer pensé que estabas narrando el nacimiento de Zeus, el dios. Pero luego salí del error. Esa raza de hombres, felices, sin preocupaciones suena a paraíso perdido. Muy bueno. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Ulises, no conocía nada de esta mitología que nos muestras y me ha parecido de lo más interesante. La expresión a la búsqueda del "Paraíso perdido", sí. Ahora supongo que el origen está en este mito.
ResponderEliminarUlises, me ha gustado mucho tu aportación ese renacer de la vida y ese huir de la muerte, Yo pensaba que Zeus todavia estaba en el Universo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ulises. Lo de El Edén o Paraíso parece ser un elemento recurrente para justificar el posterior castigo. Buen aporte. Saludos.
ResponderEliminarUn buen micro Ulises, bien narrado y con un contenido reflexivo muy interesante.
ResponderEliminarMe parece que los dioses, nunca fueron inmortales, de hecho no hay ninguno por estos predios terrenales, o fueron desterrados a otros planetas o más bien nunca existieron, solo son parte del folklore de la humanidad, que siempre anda buscando seres superiores para justificar sus irresponsabilidades y sus miedos, y tener a quien clamar o culpar.
Felices días.