La belleza que permanece...
Moses estaba sentado en la sala de espera del hospital. Los sillones de cuero rojo y las dos neveras que ocupaban el lugar estaban iluminados, exclusivamente, por las luces frías del techo. A través de las ventanas reinaba la oscuridad. El cielo se veía tan negro como Moses pensaba en ese momento su futuro. Nunca se había planteado un mañana sin su abuela. A decir verdad, ni siquiera se había imaginado viviendo durante demasiado tiempo alejado de ella. Una lágrima le corrió por la mejilla.
«Deja de pensar», se reprendió mientras sentía cómo su corazón se desmigajaba.
Entonces, una enfermera con cara de haber trabajado más horas de las que debería, se acercó a él. Se sentó a su lado y se quitó la cofia.
—¿Sabes una cosa? -añadió con la determinación de quien había vivido la misma catástrofe mil veces y, pese a todo, aún le quedaba la ternura del alma —Cada semana veo a gente morir. Algunas, soy testigo del final de la vida cada día. Pero, desde hace unos años, no pienso en toda la desgracia, sino en toda la belleza que aún permanece.
—¿A qué te refieres? —dijo Moses desconcertado
—Ella está dentro de ti. Tus lágrimas son las sonrisas que ya no verás, pero de cuyo valor siempre estarás convencido. Has amado, muchacho. La vida te ha dado la oportunidad de tenerla a tu lado. Ahora, haz que su esencia permanezca... Haz que la belleza perdure mientras puedas...
La enfermera se marchó, y a él se le dibujó una sonrisa tan perfecta que, de haberla visto, su abuela no se habría resistido a sonreir de la misma manera...
Muy bonito y desgarrador. El saber como afrontar la muerte de un ser querido. Aunque, lo mejor que nos puede pasar es qie muramos de viejos y nos recuerden con cariño y respeto.
ResponderEliminarsiempre hay que hacer casos a las enfermeras. cuando estas en un medio desconocido parra ti, sobre todo en el entorno hospitalarioen que sabes que te puedes fiar. Bueno entre las enfermeras tambien hay angeles de la muerte, pero este no es el caso. esto ultimo es coña.
ResponderEliminarsaludos
Qué maravilla de frase y de relato. Me ha encantado, Ulises. Tratas el tema con mucha dulzura y transmites un mensaje muy positivo. Precioso tu texto.
ResponderEliminarQue hermoso :) los que no estan permanecen y su belleza también excelente micro. Gracias.
ResponderEliminarHola Ulises una un bello micro relato , es muy tierno y crudo a la vez.
ResponderEliminarPero es verdad , que si recordamos a nuestros seres queridos estos no se marcharan
jamás , saludos de flor.
La vida está hecha de cosas buenas que lo son porque las podemos comparar con las que lo son menos. ¿Cómo si no podríamos distinguir? Solo quien es inmensamente desgraciado es capaz de ser inmensamente feliz. Y no recuerdo quién lo dijo, lo leí hace más de cuarenta años.
ResponderEliminarBonito relato.
Un beso
Un micro muy bonito, entrañable y muy humano. Me gustó mucho, saludos.
ResponderEliminarAmen, Ulises, es duro, pero es más bonito pensar en las cosas de ese modo, en cómo querría que estuviéramos la gente que se ha ido, que de otro modo.
ResponderEliminarMuy bonito y emotivo micro.
Un tremendo aporte a El Tintero.
Un abrazo!
Hola, Ulises. Me has tocado la fibra con el micro. Creo que las personas de mi generación , a las que nos ha tocado pasar mucho tiempo con los abuelos (hoy es mas complicado, pues mucha gente se va fuera a buscarse la vida y los abuelos están mas lejos) , sentirán la misma emoción que yo he sentido.
ResponderEliminarSaludos.
Tierno y emotivo micro, Ulises, siempre hay que ver la botella medio llena y mantener en el recuerdo todos los regalos vitales que hemos recibido de los seres queridos. Esperanzador mensaje para una vida plena.
ResponderEliminarBuen micro, un abrazo.
Así es Ulises, saber llevar la esencia de la persona amada esaprender a tenerla siempre con uno, a no olvidar, a re-vivir y a tanto más. Hermoso micro. Muy verdadero. Un abrazo
ResponderEliminarA veces, un momento de calidad en el tiempo de otros marca la diferencia, cuando mi padre murió me dijeron, ''no puedes pasar, lo están preparando para que se lo lleven'' y esas palabras, después de veinte años, aún las arrastro
ResponderEliminarUn abrazo, tu relato es hermosamente emotivo, Ulises
Muy bonito micro, con mucho sentimiento, el amor presente en cada palabra, saludos PATRICIA F.
ResponderEliminarHola, Ulises, de nuevo “nos vemos” por tintero.
ResponderEliminarHay que tener una personalidad muy pura, positiva fuerte, para, en la desgracia, ver el lado hermoso de la vida.
Oye, que enfermera más guay la de tu relato, normalmente están tan curtidas y endurecidas que no suelen mostrar su lado más humano y solidario, aunque de todo hay.
Un relato dulce y aleccionador.
¡Bellísimo! Me puso la piel de gallina. Son esas palabras que reconfortan el alma, que una quisiera tener para dar en esos momentos tan duros... o recibir.
ResponderEliminarUn abrazo, acabo de conocerte y escribes muy bien! :)
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ResponderEliminarHola Ulises. Un relato tierno y duro a la vez, en el que se muestran el lado mas humano y mas cruel de la vida. Efectivamente, la vida sigue y la persona que se va se merece que la recordemos con cariño y no con tristeza, nos quedamos con ese mensaje. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Ulises! Emotivo micro que, además, nos ofrece una enseñanza que deberíamos grabarnos a fuego cada mañana como la cita de Anna Frank. Las desgracias siempre vienen solas, las alegrías hay que buscarlas. así que mejor hacerlo cada día. La perdida es ley de vida, pero el recuerdo de su presencia es algo eterno en cada uno de nosotros. Un abrazo!
ResponderEliminarFabulosa cita de Anna Frank y un bellísimo texto el que nos ofreces. El recuerdo del amor es belleza y esa sonrisa del final es su máxima expresión. Felicidades, me ha encantado!
ResponderEliminarHola, Ulises. bello y enternecedor relato. Sobre todo las palabras de la enfermera. Frases que, cualquiera de ellas podrían haber servido como cita para otro relato. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso, Ulises. Sabia sensibilidad. Un abrazo.
ResponderEliminarNos dejas un micro muy emotivo, esa enfermera le ofreció la respuesta que él hombre estaba esperando.
ResponderEliminarLa cita es para reflexionar ....
Un abrazo Ulises
Puri
Precioso. No hay más que decir.
ResponderEliminarFelicidades.
Todo tiene fecha de caducidad o vencimiento, de nosotros depende como lo enfrentemos, eres solo una hoja en otoño, y caen miles a la vez.
ResponderEliminarMaravillosa cita y más aún sabiendo de quién proviene. Un hermoso relato. Abrazo
ResponderEliminarHola, Ulises. Un micro muy acorde a la frase que has escogido. Solo se va la gente a la que hemos olvidado. Me ha recordado la pegadiza canción de los crucificados en La vida de Brian.
ResponderEliminarSaludos.
Un relato conmovedor y muy acorde con una frase preciosa. Gracias y enhorabuena, Ulises.
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