Historia de un Color Defectuoso
El viejo Isaac entró en el estudio como un rayo. Hacía una semana que había venido a comprar acrílicos y, en cuanto abrió la puerta, supuse que algo no iba bien. Pensé que alguna pintura le había sido entregada defectuosa. En aquel entonces ocurría mucho con el violeta. La señora Margaret, que de vez en cuando me compraba cuadros, decía que era por las lluvias. El color se obtenía de las cochinillas de las Islas Afortunadas y, lamentablemente, una enorme tormenta atlántica hacía estragos en el archipiélago desde hacía unas semanas. “El violeta que aportan se ha debido de diluir con el agua”, comentó con una convicción tan grande que, ignorante del tema, acepté su hipótesis sin cuestionarmela.
Sin embargo, mi veterano cliente y amigo, que era tan regular en sus compras como un reloj, resultó querer acudir a mi por otros motivos menos embarazosos:
—Querido Rem —dijo mientras se acercaba al mostrador —, tienes que ayudarme con una cosa muy importante. ¡Importantísima!, diría yo.
En ese momento, me quedé de piedra. Estaba ya con la boca abierta, a punto de disculparme por el desperfecto sufrido, cuando mi mente procesó toda la información y volví a cerrarla apresurado.
—¡El cura quiere que su estola luzca tu color violeta!
—¿La que te vendí? —añadí sorprendido — ¿La defectuosa?
—¿Defectosa? —se extrañó —¡Es una obra maestra! ¡Una obra maestra! —repitió entusiasmado.
El cuadro se trata de un autoretrato del pintor neerlandés Rembrandt, cuya colección es catacterística por la presencia de este tipo de obras. Para esta pequeña historia, me inspiré en este, y gracias a las descripciones del libro Rembrandt (Taschen) me fue mucho más sencillo comprender la mirada del autor, así como este autoretrato. Recomiendo mucho el libro, les dejo el enlace por aquí por si quieren echarle un vistazo ¡Un saludo! (https://www.casadellibro.com/libro-rembrandt/9783836563574/3094680)
ResponderEliminarHola, Ulises, muchas gracias por tu participación en el microrreto del Tintero de Oro. Muy buena aportación con comentario y recomendación de libro incluido. Habrá que echarle un vistazo, es muy apropiada para los amantes del arte. Y sí el violeta estaba totalmente diluido, jeje, sería el agua efectivamente.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
me ha encantado Ulises la mención de la cochinilla (el oro rojo) de las islas canarias, donde crecían en las tuneras y que fue un impulso económico para la época. He tenido la suerte de ver el proceso de como con un cucharón o cuchara grande de madera se extrae las cochinillas y se machacan en un mortero los animalillos (en la isla de La Graciosa tuve la oportunidad de verlo). Ahora con los ingredientes químicos está desfasado.
ResponderEliminarPero vamos a tu magnífico relato, con el gran Rembrant de protagonista, y la pluma de oro con la que has sabido casi serigrafiar este magnífico microgranrelato.
Un Saludo, es-cri-tor.
Y que me apaunto el libro. Apuntado queda.
ResponderEliminarPor cierto, que se me olvidó, el título me encantó, forma parte del micro y es muy sugerente.
ResponderEliminarHola Ulises, me encantó. Una pintura que cobra vida y pide ser pintada con un color específico. Muy original. También muy interesante el dato sobre cómo se fabrica ese violeta. Saludos.
ResponderEliminarHola Ulises, me ha fascinado cómo el color violeta, aparentemente defectuoso, se transforma en símbolo de belleza y devoción. Hay algo profundamente poético en que una tormenta en las Islas Afortunadas termine influyendo en una estola litúrgica, como si la naturaleza y el arte se entrelazaran en un gesto divino. El personaje de Isaac transmite ternura y urgencia, y el diálogo con Rembrandt —aunque indirecto— le da al texto una textura histórica y emocional muy rica. Gracias por esta joya que convierte un pigmento en protagonista. Me quedo pensando en cuántas “imperfecciones” esconden su propia obra maestra.
ResponderEliminarHola, Ulises, fíjate que también yo estoy escribiendo el micro acerca de Rembrandt, ¡qué casualidad! Es un pintor que me gusta mucho y sí que conozco también el libro que comentas. Tu historia me ha encantado, pone muy bien de manifiesto el cambio de gustos y como lo que en un momento se considera fallido pasa a ser de pronto una obra maestra. Muy buen relato.
ResponderEliminarCierto, los colores no son faciles de conseguir, por ello es importante que el artista no sea daltonico o daria una concepcion del mundo absurda.
ResponderEliminarJajaja, que bueno que estaba defectuosa para que Rembrandt, se hiciera el famoso autorretrato. Me encantó. Un abrazo Ulises
ResponderEliminarHola Ulises,
ResponderEliminarEs que a veces, accidentalmente, se hacen grandes descubrimientos! Justo este verano tuve la suerte de ir a una pequeña exposición itinerante! Je je! Un abrazote!
muy bueno me encanta ese dato, felicidades.
ResponderEliminarEs que del defecto suele surgir la perfección, así como del error puede comenzar el camino a la verdad. Bellísima historia que muestra una vez más que el trabajo artístico de antaño eramuy "trabajoso" y llevaba tiempo y técnicas y "defectos" que en manos del artista podían convertirse en maravilla. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ulises, me ha parecido un relato muy interesante y muy curioso. Es un placer aprender y sobre todo disfrutando el arte un abrazo.
ResponderEliminarA veces lo más maravilloso sale de un fallo. Toda una serendipia lo que ocurrió con ese violeta. Magnífico relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ulises, en el arte también surgen colores por azahar y en este caso el violeta fue motivo de descubrimiento para el autor .
ResponderEliminarOriginal micro relato . Te felicito . Gracias por la recomendación del libro.
Un abrazo
Puri
A veces, un error se transforma en un acierto inesperado. Un micro muy acertado, Ulises. Gracias por invitarnos a conocer Rembrandt.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Ulises
ResponderEliminarMe gustó mucho la explicación de la obtención del color violeta con las cochinillas, incluyendo la teoría de que el color estuviera aguado por la tormenta atlántica que hacía estragos. Y sobre todo me gustó pensar en cómo un accidente meteorológico puede convertir algo defectuoso en un detalle que ha perdurado durante tanto tiempo. "Si non e vero, e ben trovato".
Un saludo.
Marlen
Un estupendo relato con un gran pintor como protagonista. Muy curioso como se conseguían los colores. Tenemos mucho que aprender mirando atrás en la historia. Saludos!
ResponderEliminarlady_p
Buenos días Ulises. Es un relato encantador y lleno de color que captura muy bien un momento de sorpresa y calidez en una tienda de arte; El diálogo, ágil y lleno de exclamaciones, transmite la pasión de Isaac y la sorpresa de Rem, cuya disculpa inicial se disuelve en un instante de conexión humana. Los detalles, como las cochinillas y la tormenta atlántica, añaden un toque pintoresco que enriquece la atmósfera, mientras la confusión inicial del narrador refleja la cotidianidad de los malentendidos resueltos con optimismo. Este relato destaca por su tono optimista, su capacidad de transformar un temor en una celebración del arte, incluso en un color “defectuoso”, puede unir a las personas en formas inesperadas.
ResponderEliminarSe dice que la obsesión por encontrar los colores perfectos en el taller del artista ha destrozado obras, vidas e incluso familias enteras.
ResponderEliminarLo que viene siendo una serendipia artística y muy bien trazada. Me encantó el relato, se aprende, tiene mucho poso y una visualidad que hace que los personajes cobren vida. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Hola, Ulises! Tu fantástico micro muestra cómo, en ocasiones, la línea entre "lo bueno" y "lo malo" es extremadamente fina y, las más de las veces, depende del punto de vista. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Un abrazo desde la Buhardilla de Tristán!
Buena y sugerente historia. Un genio este pintor barroco de colores oscuros.
ResponderEliminarAbrazo.