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Querido Miguelín:

 La discusión estaba siendo atronadora. Desde los edificios contiguos al de Edna y Marc, no dejaban de escucharse todo tipo de palabrotas y objetos romperse. Incluso un anciano del quinto, vecino de los de toda la vida, ajeno hasta ese entonces a lo que sucedía más abajo de la tercera planta, dijo que había escuchado vacas mugir por unos instantes. Aunque de esto último no me fiaría mucho. La semana pasada lo vi entrando a un otorrino. El hecho de que el día de tal enfrentamiento fuera domingo, además, no ayudaba a disimular los gritos. En otras circunstancias, los gallos que de vez en cuando salían escopetados por las cuerdas vocales de estos dos chiflados se habrían disimulado con el estridente sonido de los vehículos y otros inventos humanos, tales como: los microondas, las batidoras, aspiradoras, televisiones... Pero, y debo resaltar esta palabra,(PERO...) estos días todos sabemos que son especiales. Y no precisamente por ser el día del señor. No trates de decirme lo contrario. Que te veo venir. Mentiroso. Son especiales porque las abuelas no tienen programas decentes, los adolescentes sobriedad suficiente, los adultos sueño vigorizante, y tu estás todo el día tirado en el sillón. Todos los que he dicho (porque que seas un gandul es un hecho), crearon la atmósfera perfecta para que aquella escandalosa disputa se transformara en el programa decente, la resaca suficiente, el sueño vigorizante y tu oportunidad perfecta para darle color al día. Pues hasta ese momento, que yo te vi por la ventana, lo único que habías visto era el interior de tus párpados. Tan negros como una noche nublada. En definitiva, de aquella casa se oía una discusión de lo más caótica. Verónica, la vecina del segundo, quién estaba debajo del piso de Edna (su amiga del alma), me dijo que pensó que ella iba a poner fin a su relación con Marc ese día. Yo le dije que no podía ser, imposible, que los conocía muy bien. Estaban muy enamorados. Y, entonces, desde el rellano empezaron a sumarse más voces a las de la pareja:

- ¡Enamorados los cojones! - se oyó decir desde un piso cercano al ático - Había más amor entre el perro de mi suegra y mis zapatillas de andar por casa. -la voz provenía de un hombre - Estos dos me los encontré el otro día dando por saco en la panadería, chillando delante de todo dios...

-¿En la panadería? -sonó ahora la voz de Conchi, la vecina del cuarto piso -Yo también los escuché armar escándalo ayer por la noche.

-¡¿Conchi!? -dijo Verónica al lado mío

-¿Sí?

-Eso se llama hacer el amor, hija mía, que yo también estaba pendiente. A ver si distinguimos lo que llega a nuestros oídos...

De pronto, la discusión dejó de resonar por el edificio. Todos se quedaron callados. Por unos instantes, temí que nos hubieran descubierto hablar de ellos a sus espaldas. Eso hubiera sido horrible. No por que estuviera realmente avergonzado, si no porque Marc siempre me había prestado su raqueta de pádel cuando se la pedía los viernes, y ya estaba comenzando a ganar masa muscular en los brazos. 

-¿Qué ha pasado? - me preguntó Verónica

-Pararon de insultarse demasiado rápido, ¿no?

Se podía mascar la tensión en el ambiente. El anciano afirmó más tarde que fue entonces cuando escuchó la vaca, pero, siendo sincero, yo no escuché nada. Con el tiempo, cada uno fue entrando de nuevo a su casa y cerrando las puertas silenciosamente. Esa tarde no se volvió a oír nada. A día de hoy sigo preguntándome qué pudo pasar. Pero no faltan vecinos que aportan versiones diferentes... Por lo que, y sintiéndolo mucho, tampoco te puedo decir exactamente, Miguelín, qué motivos debes de poner en tu denuncia por exceso de ruidos. De todas formas, pregúntale a algún vecino de tu edificio por su testimonio, que Eduardo el de la charcutería me dijo que aquel escándalo llegó hasta su tienda.

***

Ciudad de la Justicia

Expediente: xxxxxxx1

Yo, juez de instrucción número tres, doy fe de haber estado presente en el juicio de Miguel Sánchez, vecino de los demandados, contra Marc Franco y Edna Miró. El demandante alegó haber oído durante la tarde del domingo una fuerte discusión seguida de golpes. Adjunto los testimonios y sus investigaciones.

Vecino del quinto: Dice haber oído vacas mugir a raíz de la disputa

Conclusiones de la investigación: el gili#$* se había dejado el ordenador encendido durante dos días y se lo habían hackeado, introduciéndole sonidos de animales.

Doña Conchi: aseguraba haber oído ruidos la noche anterior

Conclusiones de la investigación: no había oído follar a dos personas en su vida.

Vecina del segundo: alegaba creer haber oído a la pareja poniendo fin a su relación

Conclusiones de la investigación: el pene seccionado que hallamos en el salón de los demandados no daba lugar a dudas 


Finalmente, por el poder que me otorga el Estado y mi experiencia con comunidades vecinales trastornadas, doy un año de suscripción gratis en películas y series para todos los habitantes del edificio... a ver si me dejan en paz de una vez.




Comentarios

  1. Hola, Ulises. Desternillante relato ambientado en un patio o escalera de vecinos. Si es que es en este sitio donde se producen las riñas más feroces y los peores disparates. No hay nada como una reunión de vecinos para desesperarse porque cada uno va a su bola y nadie entiende nada. Lo hay plasmado estupendamente, con mucho humos e ironía. Las conclusiones de Juez poniendo las cosas en su sitio.
    Buen relato con buen estilo. Felicidades.

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    1. Muchas gracias por la visita y el comentario. Me alegro de que te haya gustado ¡Un saludo!

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  2. Gracias, Ulises, por participar con este relato en la XXV Edición del concurso de relatos dedicada a Tom Sharpe y su novela Wilt. Un abrazo y suerte!!

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  3. Hola, Ulises. Quizás solo quien haya vivido en un bloque de viviendas es capaz de empatizar completamente con las víctimas de unos vecinos ruidosos, y sufrir luego la consecuente bronca que se monta para acallar a los iniciadores del guirigay. Además uno puede entender leyendo el escrito judicial la lentitud que hay en la administración de justicia en algunos casos. Muy entretenido y divertido. Me ha gustado, buen relato.

    Suerte y un abrazo.

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Gracias por la visita y el comentario ¡Nos leemos!

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  4. ¡Ay! Si es que las comunidades de vecinos se las traen... Divertidísimo tu relato, Ulises, y un colofón estupendo ese final.

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    1. Esas comunidades de vecino son todo un mundo, jajajajaja. ¡Gracias por la visita y el comentario!

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  5. Las disputas vecinales en las comunidades a veces son sonoras. Yo vivo en una pequeña y de gente mayor y aquí no se oye ni una mosca. Divertido en diálogos y cuchicheos. Un abrazo.

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    1. A lo mejor ese silencio esconde más cosas de las que crees, jajajajaja. Me alegro de que te haya gustado. Gracias por la visita y el comentario ¡Un saludo!

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  6. Hola, Ulises.
    Pobre juez, ahí tomando medidas drásticas, regalando suscripciones a ver si así lo dejan un poco en paz, ja, ja Muy divertido, la verdad es que hay comunidades y vecinos que uno debería temer. Y la conclusión de la investigación, ¡ups! :O
    Mucha suerte.
    Un saludo.

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  7. Original primera parte del texto en tono epistolar del que destaco el párrafo donde el escribiente relata por qué son especiales los días y todo eso de la resaca suficiente, el sueño vigorizante... ¡Genial! Luego las conclusiones del informe del juez de traca. Creativo y original. ¡Mucha suerte en el concurso?

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  8. Me ha resultado muy divertida esta comunidad de vecinos tan típicamente cotillas e imaginativos, montándose ellos mismos su corral de comedias durante esa jornada dominical falta de entretenimiento televisivo y otras cosas.
    Se trata de una hilarante historia dividida en dos partes o escenas bien enlazadas, con personajes y voces reconocibles, un tanto prosaica la primera parte y la última como un texto administrativo bien documentado.
    Por cierto, creo que estos curiosos vecinos continuarán con sus pleitos en cuanto se les agoten las suscripciones gratuitas, ¿verdad, Ulises?
    ¡Enhorabuena!
    Un abrazo.

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  9. Hola, Ulises. Soy Beri. Me ha parecido muy original la estructura de tu relato: primero la carta dirigida a Miguelín, y luego la sentencia del juez. En la primera parte de la historia nos describes con un estilo cuidado la situación que ha soliviantado a esa comunidad de vecinos, salpicando la narración aquí y allá con frases que a mí me han resultado muy graciosas (por ejemplo, "dijo que había escuchado vacas mugir por unos instantes. Aunque de esto último no me fiaría mucho. La semana pasada lo vi entrando a un otorrino."). Humor del fino, sí señor.
    En la segunda parte nos ofreces un punto de vista alternativo, el de un juez que ha puesto un poco de orden en el caos descrito. Por cierto, las conclusiones a las que llega me parecen a la par divertidas e imaginativas. Felicidades y suerte. Un abrazo!

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  10. Hola, bien ambientado relato con todos los vecinos ahí siendo testigos del pleito y bueno lo cerraste perfectamente. Has hecho un desborde de imaginación muy agradable. Saludos.

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  11. Es que las comunidades de vecinos dan para mucho cotilleo y se ve que los que tu reflejas en este relato se lo pasaron de miedo escuchando y analizando lo que pasaba en esa vivienda.
    El juez dictó una sentencis muy aclaratoria je je je
    Muy entretenido tu relato Ulises.
    Un abrazo
    Puri

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  12. Todo lo que pueden pensar los vecinos. Ocurrencias de acuerdo a sus maneras de ver el mundo. Jajaja. Suerte en el Vecindario, que dijo en el Tintero. Saludos cordiales desde Venezuela

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  13. Tal que la mismísima vida cotidiana de un patio de vecinos de cualquier población de provincias o de barrio periférico.
    Un relato muy divertido donde has sabido plasmar la esencia de lo que significa la metomentorería humana, mal llamada cotilleo y curiosidad o en otros lares, marujeo.
    Un abrazo.

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  14. Qué magnífica muestra de humor! Muy divertido, ocurrente y con un giro final espectacular.
    Un abrazo

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  15. Los patios de vecinos son como la vida misma, percepciones a las que uno le da la forma que cree y que no tiene que ver con la realidad.
    Muy original y divertido. Me da a mí que esa comunidad va a dar mucho de qué hablar.
    Un abrazo.

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  16. Magnífica radiografía de lo divertida y escatológica que puede resultar la reacción de los vecinos del edifico a una discusión ruidosa en uno de los apartamentos. De verdad me he divertido con los aportes de cada uno de ellos,... menos mal que la justicia puso de nuevo todo en su sitio jajaja.
    Un abrazo!

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  17. Hola hola, paisano.
    Funciona la segunda voz (a mi entender, la más difícil)
    No es fácil hacer un relato cómico sin apenas diálogos, y tú, Ulises, lo has conseguido.
    Tampoco es fácil que una frase fluya con tantas terminaciones en “ente”, y sin embargo, encajan perfectam-ente con la intencionalidad con la que has hecho. Todo un acierto.
    Me ha gustado leer ese “gandul” que se usa más aquí en Canarias, que el peninsular vago, holgazán, flojo…
    La presentación gráfica de los diálogos con la raya larga, es un lío, a mi me costó tiempo aprenderlos, y aúnasí, a veces me equivoco. Aprendí mucho en este sentido de la autora Iría Pérez Tejeiro, en su libro de “Como escribir diálogos”.
    Te aplaudo por lo bien que has orquestado esa serie de vecinos, sin que haya confusiones entre unos y otros. Incluso el de la charcutería tuvo cabida. Un sainete en toda regla en el edificio ruidoso y vivo, donde cada uno de los vecinos tienen una versión diferente.
    Un abrazo, canarión.

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  18. Es una muy buena composición, una polifonia de personajes, esa gran comunidad de vecinos asistiendo a las riñas de la pareja, cada cual con su particular visión, y el atestado judicial final, es toda una sonrisa que regalas al lector, muy buen relato, para darle luz a esta mañana de domingo lluvioso jaja un abrazo saludos y suerte ¡¡

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  19. Muy buenas. Los vecinos, los cotilleos y las versiones de cada uno. Divertido relato y gran juicio en el que realmente faltaron palomitas y Coca cola, porque ha sido muy entretenido y gracioso. Un abrazo.

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  20. Vaya comunidad de vecinos la tuya, Ulises. Al final todo queda bien resulto salvo el misterio del pene seccionado. Eso da para otro relato, sin duda, je, je, je.
    Un trabajo muy bien llevado, como ya nos tienes acostumbrado, lleno de risas y vivencias de lo más surrealistas aunque... ¿Hay algo más surrealista que una comunidad? Véase la del directo Álex de la Iglesia.
    Que tengas mucha suerte en el concurso.
    Un saludo.

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  21. Muy buena aportación, señor juez!!

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  22. Vaya trifulca que había en esa comunidad, literalmente, de juzgado de guardia. Parecido a la mía cuando me equivoque al poner el despertador con el equipo de música y a todo volumen de madrugada empezó a sonar aquello y yo no estaba en casa, en aquella época salía alguna noche de fiesta, y al volver según salía del ascensor pensé que era el vecino de al lado el que tenía la fiesta montada. Al abrir la puerta ya vi que no, menos mal que era verano y solo las dos y media de la madrugada, en fin...
    Saludos y suerte 🖐

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  23. Hola Ulises
    Esa comunidad de vecinos me ha recordado una corrala.
    Buen relato, con mucho movimiento y personajes de lo más variopinto.
    Suerte y abrazos

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  24. Hola Ulises, bueno, bueno lo que se avecina, y todo lo acontecido al final, ha rodado de todo, hasta pene, está claro que el amor como que no impera en la pareja denunciada. A mi que me gusta el teatro, me ha metido de lleno en las escenas y me he divertido de lo lindo. Un abrazo.

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  25. Madre mía, qué vecindario. He conocido comunidades un poco alteradas y vecinos toca-pelotas, pero esta historia es de juzago de guardia, y nunca mejor dicho. Y por si fuera poco, con un final tarantiniano, je,je.
    Un abrazo.

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  26. ¡Ostras! Si no leo lo de el pene seccionado... en las conclusiones del expediente judicial me creo que el alboroto vecinal viene de una nada que ha ido aumentando a medida que la gente participaba. Lo del vecino del quinto que decía haber oído una vaca mugir... ¡Ja, ja, ja! Es todo tan caótico que parecía eso: Un patio de vecinos, cada uno a su bola. Y para cotilla, la que escribe la carta, no pierde detalle y al final le dice a Miguelín que no sabe qué tiene que poner en la denuncia. Me parto de risa.
    Y ya de traca el párrafo final: Por el poder que me otorga el Estado... Muy bueno. ¡Felicidades y suerte en El tintero!


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  27. Me ha resultado super simpático tu vecindario revuelto, loco y encima yendo a la justicia, Ulises. No me gustaría estar en el lugar de ese juez con tanto entrevero de acontecimientos. Parece que al final se han quedado conformes esos vecinos tan originales y divertidos que has creado.
    Impagable de principio a fin.
    Un afectuoso saludo.

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  28. Tengo la experiencia de vecinos dementes y ruidosos en todas las ocasiones, ya sean felices o de enojo. Por suerte, sé dormir sin problemas aunque me pongan una orquesta al lado, porque si no, ya hubiese puesto una denuncia como la del pobre Miguelín.
    Aunque si me llegasen a dar un año de suscripción gratis en películas y series, creo que sí valdría la pena.
    Pobre juez. O mejor dicho, pobre Marc, que le quitaron el miembro y lo dejaron tirado.
    Buen relato. Mucha suerte en el concurso.

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  29. Me ha parecido de lo más original toda esa parafernalia montada alrededor de la discusión por toda la comunidad de vecinos. Muy graciosas las conclusiones de la investigación. Muy bueno el cambio del punto de vista. Me ha parecido un relato espléndido. ¡Suerte!

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  30. Los cotilleos de una peculiar comunidad de vecinos sobre la escandalosa pareja con un contundente final. ¡Pobre hombre!. Divertido relato con diálogos ágiles y ocurrentes. Saludos y suerte en el Tintero

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