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El Eterno Recuerdo de Guernica



   ¡Muy buenas a todos! Últimamente no he subido entradas al blog, y hoy se me ocurrió la idea de dejaros este microrrelato con el que participé hace poco en un concurso. Las bases proponían hacer una historia ambientada en un hecho histórico y, aunque este no es mi fuerte (ni siquiera el tipo de escritura que yo suelo practicar), creo que me quedó un trabajo bien hecho (aunque, como siempre, mejorable). Espero que les guste y, si tienen algo que comentar, no se corten en hacerlo. 

Hasta el próximo relato :)





   No había otro lugar ni otro momento. Las campanas resonaron el día veintiséis de abril de mil novecientos treinta siete. Sin mayores pretensiones. Sin causas indiferentes. Cuando los habitantes de aquel pequeño lugar, llamado Guernica-Luno, se vieron alarmados, aquellos monstruos del cielo terminaron por sembrar el pánico. Alemanes e italianos, unidos en la destrucción de un pueblo, como más tarde veríamos en numerosas ocasiones, bombardeaban con su aviación lo que jamás podría ser olvidado. Lo que siempre quedaría en el recuerdo. Solo con su imagen, majestuosa e impactante desde la tierra, las primeras lágrimas, surgidas por el horror, ponían comienzo a lo que luego se transformaría en un río de agua dulce. Donde no quedaba la derrota, sino el esfuerzo de quienes nunca se rindieron. Donde no había dolor, sino valentía. Pues no se defendía una ideología ni una forma de actuar. Se protegía lo que padres y madres, abuelos y abuelas, hijos e hijas… habían creado y destruido. Trabajado y estudiado.

   Ese día, retratado por Picasso en una de sus obras, muchas familias vieron peligrar sus vidas. Otras, desafortunadamente, la perdieron directamente. Y solo serán ellos, víctimas de la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria italiana, los héroes de esta historia. En la que, ante el atronador sonido de los motores barriendo el cielo, nunca perdieron la capacidad de escuchar a quienes aclamaban libertad.

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